Obra de teatro cómica en verso que Julio Arbesú escribió para ser representada durante las fiestas de El Entrego en homenaje al rey de la monarquía asturiana que da nombre al municipio: Aurelio. El autor confiesa en el prólogo que su modelo fue La venganza de don Mendo. No logró llegar tan alto, pero al menos no se privó de unos versos esdrújulos, como en la célebre obra de Muñoz Seca:
Yo fui testiga única de la venganza insólita del clan de los cantábricos y de la muerte agónica de don Fruela, el déspota, y la manera hipócrita de echar la culpa rápido con muy falaz retórica a don Aurelio, el príncipe, del cual yo era acólita